PROPIEDADES DEL AJO
Tradicionalmente el ajo se ha conocido como un condimento que sirve para potenciar y enriquecer el aroma y sabor de ciertos platos culinarios. Un diente de ajo proporciona únicamente 7 calorías de energía, 31 mg de proteínas, 14 mg de calcio y cantidades nada despreciables de los minerales fósforo, hierro, potasio, además de las vitaminas B1, B2, B3 y C.
Sus propiedades medicinales son muy grandes ya que en el ajo están presentes la alicina y la garlicina, sustancias que, además de ser las responsables de su pungencia (es decir, el sabor picante), ejercen una acción antibiótica. La alicina es un compuesto con actividad contra las bacterias causantes de la tuberculosis, el tifus, la difteria y la disentería. Por su parte, la garlicina es eficaz en el tratamiento de infecciones respiratorias e intestinales.
El aceite esencial de ajo, cuyo componente principal es el bisul – furo de alilo, contribuye al drenaje del colesterol en la sangre e inhibe la agregación de plaquetas evitando la formación de trombos. Además, este aceite se utiliza como antirreumático, diurético, expectorante pulmonar y vermífugo.
Pruebas realizadas en laboratorio demuestran que los extractos de ajo inhiben el crecimiento de más de 80 hongos fitopatógenos (es decir, que atacan las plantas) y se ha observado que son tóxicos para ciertos neniá – todos parásitos de las plantas. Igualmente se utiliza como repelente en el control de insectos plagas (moscas blancas, minadores, trips y ácaros) en cultivos de importancia comercial para el hombre.
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