EL ALOE VERA EN LA BIBLIA
Se cree que cuando el Creador planificó el universo, con todas sus glorias, jardines, alimentos y medicinas, unas de las plantas curativas, que le dio a la humanidad, para que la emplease en todas sus situaciones, y que le sirviera tanto de panacea, longevidad y protección, fue el Aloe vera, o una especie similar de este género (Números 24:6).
Se tiene por planta sagrada, desde los tiempos bíblicos, durante la época de Moisés. El áloe, tanto lo empleaban como purificador del ambiente y como agente de embalsamamiento. Este acontecimiento, también sucedió, 3000 años antes de Jesucristo. El áloe, conjuntamente con mirra, canela e incienso, era empleado en sahumerios, para purificar los templos, durante los tiempos del Rey Salomón (Proverbios 7:17 y Cantar de los Cantares 4:14).
La Biblia también narra que después de crucificado, el cadáver de Jesús le fue entregado a su discípulo José de Arimatea. Luego vino Nicodemo durante la noche y trajo cien libras mezcladas de mirra, áloes y otras sustancias aromáticas con las cuales prepararon un compuesto para embalsamar el cuerpo del Crucificado, que luego colocaron en el sepulcro (Juan, Cap. 19, 38-42).
De este hecho, que menciona el sagrado libro cristiano, se tiene la certeza de que era una costumbre judía utilizar áloe para embalsamar cadáveres. El aprendizaje lo obtuvieron de los egipcios, quienes eran unos hábiles maestros en el embalsamamiento de momias.
La Biblia Cristiana (Holly Bible), versión inglesa de King James, no habla de Aloe vera específicamente, sino de “aloe” y “lignaloe”, pero por lo menos la planta a que se refiere era una especie de este género que aún no ha sido identificada, de acuerdo a las fuentes que hemos consultado.
En la obra «Seaside Plants of the World», de Edwin A. Menninger, Pág. 74, Hearthside Press, N.Y., dice que el Aloe arborescens, es una planta que puede desafiar la salinidad, y con los años desarrolla un tronco leñoso que puede llegar a medir desde 10 hasta 15 piés de alto. Jack Kramer, en «Succulents And Cactus», Pág. 41, Sunset Editorial Staff, Menlo Park, Ca., informa que la misma planta puede crecer hasta 18 piés de alto, con su roseta y flores rojo-amarillentas.
En el Viejo Mundo, se encuentran muchas plantas de tallos y raíces leñosas, de las cuales los nativos han fabricado incienso para purificar los templos y resinas para embalsamar cadáveres. Entre los tantos, existe uno que los botánicos han clasificado por palo de áloe, o agáloco (Aquilaria agallocha), nativo de Malasia (Península Malaya). Este árbol también se ha cultivado en China y la India, desde hace remotísimos tiempos.
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